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14 mayo 2008

Pánico en la gasolinera

El incremento en el precio de los combustibles no ha tenido aún su impacto en Europa, ya que la escalada del euro respecto al dólar ha mitigado sus efectos. Sin embargo, en el área dólar y monedas vinculadas la situación empieza a ser dramática. Damos fe de ello, y para ello escribimos este post aprovechando un artículo, “Panic at the Pump”, que no corresponde a una película de terror, sino que lo hemos extraído del último newsletter de ThomasNet, dedicado a las tendencias industriales. Muchos exportadores de áreas “no dólar” están preocupados por su falta de competitividad, pero bien cierto es también que la propia competitividad del área dólar está viéndose minada por el fuerte incremento de sus importaciones. Es decir, el sector industrial del área dólar que tenga que soportar el impacto de las importaciones, y especialmente las energéticas, perderá igualmente competitividad con respecto a Europa. Hay que tener por tanto en cuenta este hecho si planteamos un proyecto de internacionalización. En el caso del precio del combustible, nos encontramos ante un record histórico que enfrenta al sector industrial a un desafío sin precedentes. Los sectores implicados piden la intervención del gobierno, pero en esta ocasión esto es difícil puesto que la capacidad gubernamental se ha visto minada por otras crisis que golpean la economía simultáneamente. El combustible diesel en Estados Unidos ha subido un 24 % desde principios de 2008 y ya es casi un 49 % más caro que en el mismo periodo del año anterior. La Energy Information Administration nos suministra información detallada de la evolución de los precios los combustibles en Estados Unidos. Como vemos en la gráfica que acompaña a este artículo, no es para menos la preocupación que se ha instalado en el sector del transporte. Asimismo, los transportistas, lejos de poder mitigar esta situación repercutiendo estos incrementos en sus clientes, se encuentran obligados a contener los precios para poder sobrevivir en un escenario general de desaceleración de la demanda. El transporte por carreteras está sufriendo el incremento del precio del petróleo, pero también el incremento global de combustible diesel, que tampoco se ha conocido nunca. La fuerte demanda de China, India, y Europa, han hecho menguar las reservas de diesel, y la capacidad de refino no da más de sí. Si entramos en más detalles, al menos en USA, el 60 % de los que se paga por el diesel o la gasolina hay que repercutirlo directamente en el precio del petróleo. Hasta hace pocos años, el precio del diesel ha sido inferior a la gasolina, según datos de ATA (Ver aquí informe sobre precios de combustibles de la American Trucking Associations). Pero desde septiembre de 2004 esta tendencia ha cambiado, llegando a ser ya el diesel más caro que la gasolina. Son varios los motivos, pero creemos que el aumento de la demanda por sus bajos precios ha hecho invertir el diferencial respecto a la gasolina. La industria del transporte de Estados Unidos está soportando el periodo más prolongado de precios elevados. El dramático incremento de los precios, magnificado por la debilidad de la moneda, ha coincidido con una bajada en la demanda de transporte de mercancías.

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